La jornada laboral de 40 horas en México
México sigue avanzando en el camino hacia la reducción de la jornada laboral, con el objetivo de establecer un esquema de cinco días de trabajo y dos días de descanso, equiparándose a las regulaciones internacionales. Sin embargo, la implementación de este cambio será gradual, buscando consenso con el sector empresarial y los sindicatos para garantizar una transición ordenada.

Reformas y propuestas en la reducción de la jornada laboral
Actualmente, en la Cámara de Diputados existen cinco iniciativas para modificar el Artículo 123 de la Constitución, estableciendo un máximo de 40 horas semanales de trabajo. Esta reforma garantizaría dos días de descanso obligatorio tras cinco jornadas laborales.
A diferencia de la propuesta inicial de 2023, que buscaba una aplicación inmediata, los nuevos proyectos incluyen una implementación gradual. Entre las medidas propuestas se encuentran:
- Periodo de transición de hasta 365 días desde su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
- Plazos diferenciados según el tamaño de la empresa:
- 3.5 años para micronegocios
- 2 años para pequeñas empresas
- 1.5 años para medianas empresas
- 6 meses para grandes corporaciones
- Programa piloto de un año, coordinado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), para evaluar la productividad.
- Ajustes escalonados:
- Primer año: reducción del sexto día de trabajo a media jornada.
- Segundo año: implementación total de dos días de descanso.
Las propuestas han sido respaldadas por partidos como Morena, el Partido del Trabajo (PT), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Movimiento Ciudadano (MC), quienes han reiterado su compromiso con la mejora de las condiciones laborales en el país.
Un compromiso presidencial
La reducción de la jornada laboral ha sido una de las promesas de campaña de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien aseguró que su implementación será gradual y mediante un diálogo abierto con empresarios y trabajadores. El gobierno busca equilibrar la productividad empresarial con el bienestar de los empleados, asegurando que el cambio no afecte negativamente la economía.
La experiencia internacional: gradualidad como estrategia
México no es el primer país en adoptar una reducción de la jornada laboral. Modelos internacionales han demostrado que la transición gradual es la mejor estrategia para lograr una implementación exitosa.
- Chile aprobó en 2023 la semana laboral de 40 horas, con una implementación escalonada que concluirá en 2028.
- Colombia modificó su legislación en 2021 para reducir progresivamente su jornada laboral de 48 a 42 horas semanales, un proceso que finalizará en 2026.
- La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda que cualquier reducción de la jornada se realice de forma gradual y sin afectar los salarios de los trabajadores.
Mesas de trabajo y acuerdos con el sector empresarial
Antes de finalizar 2024, la STPS ha programado la realización de mesas de trabajo para definir la mejor ruta de implementación de la jornada laboral reducida. Aunque no se han confirmado fechas exactas, Fernando Yllanes, representante empresarial en la OIT, ha declarado que las reuniones podrían iniciar en marzo de 2025.
El sector empresarial ha reconocido que la reforma es inevitable, pero busca que se implemente de manera que no afecte la productividad ni la estabilidad económica de las empresas.
Beneficios de la jornada laboral de 40 horas
Los defensores de la reforma destacan diversos beneficios asociados con la reducción de la jornada laboral:
- Mejor calidad de vida para los trabajadores, al contar con dos días de descanso.
- Incremento en la productividad, al reducir el agotamiento laboral.
- Mayor conciliación entre la vida personal y profesional.
- Reducción de problemas de estrés y enfermedades laborales.
- Fomento de la economía local, al tener más tiempo para el consumo de bienes y servicios.
Conclusión
La transición hacia una jornada laboral de 40 horas semanales en México es un hecho inevitable. No obstante, el cómo y cuándo se implemente dependerá de los acuerdos entre el gobierno, las empresas y los sindicatos. La clave estará en lograr una reforma que beneficie tanto a los trabajadores como a la economía nacional.
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