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El Salvador entre la democracia y el poder: Bukele y la reelección indefinida

El Salvador entre la democracia y el poder: Bukele y la reelección indefinida

Cultura281 | Política y Sociedad

El 31 de julio de 2025, El Salvador vivió un momento decisivo en su historia democrática. Con 57 votos a favor de un total de 60 diputados, la Asamblea Legislativa —dominada por el partido Nuevas Ideas del presidente Nayib Bukele— aprobó una reforma constitucional que permitirá la reelección presidencial indefinida, ampliará el mandato presidencial a seis años y eliminará la segunda vuelta electoral.

El debate no se hizo esperar. Mientras algunos celebran lo que consideran una «victoria del pueblo», otros denuncian un golpe a la democracia que concentra peligrosamente el poder en manos de una sola figura.

Bukele

¿Qué se aprobó exactamente?

La reforma modifica cinco artículos clave de la Constitución de El Salvador. Entre los cambios más significativos destacan:

  • Reelección presidencial indefinida, permitiendo que un mandatario se postule cuantas veces quiera.
  • Extensión del mandato presidencial de cinco a seis años.
  • Eliminación de la segunda vuelta electoral, permitiendo que gane quien obtenga la mayoría simple de votos en la primera vuelta.

Además, se aprobó una disposición transitoria para que el mandato actual de Bukele —que inició el 1 de junio de 2024 y debía concluir en 2029— termine anticipadamente el 1 de junio de 2027, con el objetivo de unificar las elecciones presidenciales, legislativas y municipales.


Quién impulsa y quién se opone

La diputada Ana Figueroa, del oficialista Nuevas Ideas, fue la encargada de presentar la iniciativa. Defendió la propuesta argumentando que la reelección ya era permitida para otros cargos públicos —alcaldes, diputados— y que la presidencia debía alinearse con esa lógica.

“Todos han tenido la posibilidad de ser reelectos mediante el voto popular. La única excepción hasta el momento ha sido la presidencia”, afirmó Figueroa.

Sin embargo, la oposición fue contundente. La diputada Marcela Villatoro, del partido derechista ARENA, fue una de las voces más críticas:

“¡Ha muerto la democracia en El Salvador! (…) La reelección indefinida trae acumulación de poder, corrupción, clientelismo, nepotismo y frena la participación política.”

La reforma fue rechazada por los dos diputados de ARENA y una legisladora del partido conservador VAMOS.


Un cambio que podría beneficiar a Bukele

Aunque la reforma establece que el actual periodo presidencial termine en 2027, esto le permitiría a Bukele postularse nuevamente, sin esperar a 2029. Es decir, no solo se promueve la reelección indefinida, sino que se acelera la posibilidad de otro mandato inmediato.

Este movimiento se suma a la polémica decisión de la Corte Suprema en 2021, que interpretó que Bukele sí podía buscar un segundo mandato, a pesar de que la Constitución originalmente lo prohibía.

En febrero de 2024, Bukele fue reelegido con el 84.6% de los votos, en una victoria aplastante que reafirmó su altísima popularidad. Sin embargo, los analistas alertan que esa misma popularidad podría estar sirviendo para justificar reformas que debilitan los contrapesos institucionales.


¿Democracia o autoritarismo con aprobación popular?

Desde que asumió el poder en 2019, Nayib Bukele ha roto con las formas tradicionales de la política salvadoreña. Joven, carismático y millennial, ha sabido aprovechar las redes sociales y su discurso contra la corrupción para ganarse el respaldo de una gran mayoría.

Él mismo se ha autodenominado “el dictador más cool del mundo mundial”, una frase irónica pero inquietante.

“Hoy estamos haciendo historia: el poder ha regresado al único lugar al que verdaderamente pertenece… al pueblo salvadoreño”, declaró la vicepresidenta del Congreso, Suecy Callejas, durante la sesión parlamentaria.

Sin embargo, para muchos críticos, esta acumulación de poder es una receta peligrosa que erosiona la democracia representativa, aunque cuente con respaldo popular.


Contexto latinoamericano: ¿hacia dónde va la región?

El caso de El Salvador no es aislado. En América Latina, la reelección presidencial ha sido una herramienta utilizada tanto para ampliar proyectos políticos como para consolidar gobiernos autoritarios. De Hugo Chávez en Venezuela a Evo Morales en Bolivia, la región ha tenido múltiples experiencias que muestran cómo la reelección sin límites puede derivar en crisis institucionales.

¿Está El Salvador replicando ese modelo o innovando uno nuevo con fuerte legitimidad ciudadana?


Reflexión final Cultura281

El Salvador está en la mira del continente. Lo que para unos es una revolución democrática con respaldo popular, para otros es el inicio de una autocracia con aprobación ciudadana.

La línea entre democracia y autoritarismo nunca ha sido tan delgada, ni tan confusa.

¿Qué opinas tú? ¿Bukele es un líder visionario que rompe con la política tradicional o un nuevo caudillo que concentra peligrosamente el poder?

Déjanos tu opinión y comparte este artículo para abrir el debate.
La historia, como siempre, se sigue escribiendo.

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